Muere el arquitecto Frank Gehry, maestro del deconstructivismo
El arquitecto Frank Gehry, considerado como el maestro del deconstructivismo, con una variedad de obras emblemáticas, desde el Museo Guggenheim de Bilbao hasta el Walt Disney Concert Hall en Los Angeles, murió este viernes a los 96 años.
Gehry fue quizás el más grande de los llamados "starchitects" (un grupo de élite que incluye a Renzo Piano, Rem Koolhaas y Norman Foster, entre otros) y aunque disfrutó de su fama, detestaba esa etiqueta.
Nacido en Toronto en 1929, el arquitecto falleció "esta mañana en su casa de Santa Mónica tras una breve enfermedad respiratoria", indicó su oficina en un correo electrónico.
"Hay personas que diseñan edificios que no son técnica ni financieramente buenos, y otras que sí lo hacen", dijo Gehry a The Independent en 2009. "Son dos categorías, simple", agregó.
Su genio artístico y su audacia brillaron en sus complejos diseños, como las grandes "velas" de cristal de la Fundación Louis Vuitton en París.
Gehry popularizó la arquitectura contemporánea y se volvió una personalidad tan destacada que incluso apareció en la popular serie de televisión "Los Simpson".
"Trabajo con clientes que respetan el arte de la arquitectura", dijo en 2014, según su biógrafo Paul Goldberger.
- De Canadá a Los Ángeles -
Nació como Frank Owen Goldberg en Toronto el 28 de febrero de 1929 en el seno de una familia judía que se mudó a Estados Unidos a fines de la década de 1940. Luego cambió su nombre a Gehry para evitar convertirse en blanco del antisemitismo.
Estudió arquitectura en la Universidad del Sur de California, en Los Ángeles, donde se graduó en 1954 antes de alistarse en el ejército estadounidense. Más tarde continuó sus estudios de planificación urbana en la Universidad de Harvard, aunque no terminó el programa.
Los años 1970 y 1980 marcaron el comienzo de una larga serie de logros arquitectónicos audaces e innovadores, muchos de ellos en el sur de California.
Cercano a la vanguardista escena artística "funk" de California, el estilo deconstructivista y experimental de Gehry es difícil de categorizar. Muchos de sus edificios (fachadas metálicas de forma irregular que pueden parecer papel arrugado) sólo pudieron realizarse con la ayuda de herramientas de diseño por computadora, que él adoptó plenamente.
Una de las obras donde esto se refleja mejor es la remodelación de su propia casa en Santa Mónica, de 1978, donde residió durante mucho tiempo. Allí el metal corrugado envuelve el edificio original de la década de 1920.
Gehry terminó la década de 1980 con el máximo honor arquitectónico: el Premio Pritzker que le fue otorgado en 1989.
- Efecto Bilbao -
Casi una década después, presentó el que posiblemente sea su diseño más emblemático: el Museo Guggenheim de Bilbao, que le valió el reconocimiento y la fama internacional.
La obra de piedra caliza y vidrio, con paredes curvas revestidas de escamas de titanio, es fácilmente reconocible como un diseño de Gehry y fue descrito en una ocasión por su colega estadounidense Philip Johnson como "el mejor edificio de nuestro tiempo".
El edificio contribuyó a revitalizar el antiguo corazón industrial de la ciudad, atrayendo a visitantes de todo el mundo y dando lugar a la expresión "efecto Bilbao" para explicar cómo la belleza de la arquitectura puede transformar una zona.
Animado por el éxito, Gehry asumió riesgos aún mayores en sus siguientes proyectos, entre los que se incluyen el Walt Disney Concert Hall de Los Ángeles (2003), la Beekman Tower de Nueva York (2011) y la Fondation Louis Vuitton de París (2014).
- "Me encanta trabajar" -
Muchos de los diseños de Gehry requieren cálculos complejos, que él llevó al límite.
Durante un tiempo, los arquitectos evitaron el uso de formas redondeadas o curvas, ya que causaban dolores de cabeza a los ingenieros y provocaban un gran aumento de los costos de construcción.
Gehry se opuso a ello y utilizó un software de modelado 3D similar al que usan las empresas aeroespaciales. Así, logró crear formas únicas y mantener los costos en línea con lo que los promotores estaban dispuestos a pagar por un edificio más convencional.
El Centro Lou Ruvo para la Salud Cerebral de Las Vegas, cuyas paredes y ventanas parecen haberse derretido bajo el calor del sol del desierto, es un ejemplo clásico de la visión innovadora del arquitecto. "Me encanta trabajar. Me encanta resolver problemas", declaró a The Guardian en 2019.
D. Wassiljew--BTZ